Reflexiones para la semana del 6 de octubre
Hermanos y hermanas
Nos guste o no, nuestra infancia tiene un efecto profundo en el estado de nuestro corazón. Todos tenemos malos y buenos recuerdos. Jesús desea mucho el sanar todas nuestras heridas. Por eso, dice "dejen que los niños se acerquen a Mi (Mc 10:14)". Para permitir que la alegría y la generosidad gobiernen sobre la amargura y el egoísmo, diariamente debemos ser honestos y vulnerables a Jesús. No impidas que el niño herido que llevamos dentro se acerque a Dios.